Pertenencia y músculo cívico

La pertenencia y el músculo cívico es una condición vital indispensable de la que todos dependemos para nuestra salud y bienestar. El apoyo social a través de amigos, familiares y otras redes contribuye a satisfacer nuestras necesidades prácticas y emocionales, mejora el bienestar mental, nos ayuda a superar los retos de la vida y refuerza los comportamientos saludables. Las personas con un mayor sentido de eficacia, pertenencia y conexión social tienden a vivir más sanas y felices.

En el ámbito de la comunidad y el vecindario, la cohesión social refuerza los lazos sociales y engendra el apego colectivo. Los niveles más altos de cohesión social se asocian a niveles más altos de confianza, cooperación y capital social, proporcionando las bases necesarias para crear patrones saludables de trabajo conjunto entre grupos y sectores, construyendo la infraestructura para que los miembros de la comunidad puedan co-crear un futuro compartido. Estas pautas pueden crear un círculo virtuoso: el trabajo conjunto favorece la creación de una comunicación más sólida y desarrolla un sentimiento de conexión y obligación mutua. A medida que aumenta la sensación de ser valorados y atendidos en la comunidad, las personas adquieren más confianza y están más dispuestas a participar en ella, contribuyendo a su dinamismo y afectando al cambio.

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